- Cooperativas Agro-alimentarias de España ha participado en la presentación de la previsión de cosecha ‘Europêch 2025’, donde se ha concluido que la cosecha será más corta en España y en Europa como consecuencia de varios accidentes climáticos.
Cooperativas Agro-alimentarias de España ha elaborado la previsión de cosecha de fruta de hueso en España para este año 2025. Se confirma que la producción global de melocotón, paraguayo, pavía y nectarina en España estará ligeramente por debajo de la registrada en el año anterior, alcanzando las 1.440.786 toneladas, es decir, un 5% menos que en 2024, y muy similar a la media de los últimos 5 años.
Estos son los datos que Cooperativas Agro-alimentarias de España ha expuesto en la presentación de datos de Europech, en el marco de la feria MEDFEL, foro europeo en el que los representantes de los principales países productores de la UE (Italia, Francia, Grecia, España) colaboran desde hace 30 años para poner en común su información sobre la estimación de la producción de fruta de hueso.
En su intervención, el experto de Cooperativas Agro-alimentarias de España, Santiago Vázquez, destacó los siguientes datos para España: en nectarina, que supone el mayor volumen en el grupo de productos analizados, se alcanzarían las 573.732 t. (es decir, un 4% y 22.000 t. menos que en 2024); le seguiría en producción la pavía con 301.326 t. que sufriría una caída del 5% y a continuación el paraguayo, para el que se prevé un volumen de 291.186 t. (-7% y 22.650 t. menos que en 2024). Por último, estaría el melocotón que sufre también un retroceso en comparación con la campaña anterior, y que no llegará a las 275.000 t. Se trata, para España, de cifras más reducidas que las que se esperaba dar a principio de abril (antes de los episodios de granizo que afectaron a varias comarcas principalmente en Lérida). En todo caso, son todavía preliminares, puesto que, la segunda tanda de episodios de fuerte granizo que se han registrado en la primera quincena de mayo (en este caso, en Murcia) no han podido ser reflejados en las estadísticas que se han compartido de momento; además, es pronto para predecir cómo quedará condicionado el desarrollo del fruto después de las lluvias persistente que han coincido con la floración. Por lo tanto, habrá que esperar a la actualización de junio, para calibrar más exactamente el aforo y, entonces, las cifras podrían ajustarse a la baja.
Antes de esas tormentas que han sacudido fuertemente dos principales regiones productoras (el Valle del Ebro y Murcia) destacaba el buen desarrollo de las plantaciones - que no han sufrido accidentes por heladas, han tenido buena floración y se han beneficiado de una disponibilidad hídrica manifiestamente recuperada después de varios años de sequía- dando lugar a una perspectiva de una cosecha de calidad y con mayores calibres.
El clima está condicionando no solo el volumen sino también el calendario: consecuencia de las lluvias de marzo y las bajas temperaturas (que han retrasado floración y cuaje), la campaña empezó lenta y 10-15 días más tarde en todas las zonas tempranas, mismo retraso que se prevé en el Valle del Ebro. En esas circunstancias, de menor producción en España, inicio lento y retrasado (también en la UE) y dado que el potencial productivo en el resto de Estados miembro (ni Turquía) tampoco será pleno, no se esperan solapamientos entre zonas productoras, sino una salida de la oferta escalonada y fluida. Así, el arranque de la campaña comercial en las regiones tempranas -para explotaciones no afectadas por fenómenos climatológicos adversos- se está dando con buenas sensaciones tanto de producción, como calidad y el mercado demarró en una situación interesante de equilibrio, poniéndose la atención, para lo que queda de mayo, más en volumen de fruta disponible que en el precio de la misma. En términos generales, la fecha de comienzo de temperaturas estivales en los principales focos de consumo en Europa y el nivel de calor este año condicionarán, como siempre, también el consumo de la UE y por lo tanto, la evolución del mercado a lo largo de la campaña.
En lo que se refiere al conjunto de la UE, además de las tormentas de granizo en España, la campaña ha quedado marcada por las heladas contundentes sufridas en Grecia (y en Turquía) en marzo y abril y por las lluvias abundantes y persistentes que han caído en varias regiones europeas en el periodo de floración, lo cual podrían afectar al potencial productivo. Con una producción total de 3,2 millones de toneladas -entre melocotón (997.415Tm.), nectarina (1.290.835 Tm.), pavía (625.776 Tm.), y paraguayo (291.186Tm.)- la previsión de cosecha europea se sitúa un 7% por debajo de 2024 y un 2% encima de la media de los años 2019-2023.
Comportamiento heterogéneo por países, destacando la fuerte caída de Grecia que ofrecerá poco más de 600.000Tm (un 26% menos que el año anterior, con descensos en todas las categorías) pero la estabilidad en Francia (236.000Tm.). También estabilidad en Italia, con una oferta prevista de 920.000Tm. muy similar a la de 2024 (compensándose la ligera caída de la zona centro-norte con una recuperación en el sur); un país que no recupera sin embargo su potencial productivo óptimo, (y ahonda su caída del volumen ofertado de pavía) pero, que espera ofrecer buena calidad y mayores calibres este año.
Las estimaciones de la producción de albaricoque fueron presentadas el pasado 23 de abril, cuando se anunció que la producción Europea caería hasta las 508.291 Tm. (un 10% menos que en 2024), consecuencia de las pérdidas de Grecia e Italia que no llegaron a compensar por el crecimiento de Francia. España que en esa fecha presentó una previsión de aforo similar a la cosecha de 2024 (en torno a las 135.000Tm.) podría rebajar esta expectativa en la revisión de Junio.
Además de compartir sus previsiones sobre la cosecha europea, los representantes de Francia, Grecia, España e Italia han podido intercambiar pareceres sobre varias de las principales preocupaciones del sector: las necesidades de adaptación y mitigación del cambio climático -en particular en lo que se refiere a la disponibilidad de agua o a los accidentes meteorológicos- se considera un reto principal que marcará las estrategias a medio y largo plazo del sector y de la propia administración. También relacionado con el cambio climático -y su influencia en la instauración de nuevas plagas- y con la presión normativa de la UE para restringir desmesuradamente el uso de herramientas fitosanitarias, los profesionales se han mostrado muy preocupados sobre el impacto de esta indefensión sobre su competitividad, ya que el difícil acceso a herramientas de control de plagas y enfermedades (supresión de materias activas y productos fitosanitarios, limitación de su uso) está dejando sin protección fitosanitaria a las plantaciones europeas.