ETS Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas (ETSIAAB) Madrid
ETS Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas (ETSIAAB) Madrid
Alrededor de 80 expertos en la gestión de suelo agrícola se dieron cita el pasado 19 de octubre en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agroalimentaria y de Biosistemas de la Universidad Politécnica de Madrid, con el objetivo de avanzar hacia una mejora continua de la sostenibilidad de las explotaciones. Con el título “La importancia de los suelos sanos en la agricultura española”, esta jornada se enmarca dentro del proyecto SOILGUARD, del que Cooperativas Agro-alimentarias de España es socio, y que busca que se garantice la conservación de la biodiversidad del suelo y el bienestar ambiental, económico y social de las regiones biogeográficas de la UE.
En la inauguración, la directora del CEIGRAM y catedrática de la escuela, Isabel Bardají y el director general de Cooperativas Agro-alimentarias de España, Gabriel Trenzado, expusieron las principales razones de la celebración de este evento tras la publicación este año de la propuesta de la directiva para el monitoreo de suelos y su resiliencia, que estima que entre un 60-70% de los suelos agrícolas están degradados, y anticipándose así, al importante evento que reunirá en la sede del CSIC en Madrid a investigadores en suelos de toda Europa en la semana de los suelos, del 22 al 24 de noviembre de 2023.
En el primer bloque protagonizado por el Ministerio de Agricultura, Ignacio Atance y Joaquín Rodríguez actualizaron los datos de implantación de los ecorregímenes en el primer año de su puesta en marcha. Destacaron que el 87% de la superficie y el 75% de las explotaciones implementarán alguna de las medidas, rotaciones, cubiertas vegetales y siembra directa y que esto puede provocar un cambio histórico en la forma de gestionar los suelos agrícolas españoles. Para acompañar y monitorizar este cambio y especialmente el efecto que puede tener en el secuestro de carbono, el Ministerio pondrá en marcha un estudio con periodicidad anual que abarcará al menos 128.000 muestras de suelo y 16.000 parcelas por todo el territorio nacional.
En el segundo bloque, el coordinador del proyecto CREDIBLE, Tristano Bachetti, tuvo la oportunidad de plantear su estrategia de trabajo en los próximos años, acompañando en las decisiones que la Comisión Europea debe tomar para implementar la estrategia de agricultura de carbono y de certificados de secuestro de emisiones. Este proyecto, financiado por la UE a través del programa Horizonte Europa, trata de generar un contexto favorable para la implantación de la agricultura del carbono en la UE, a través de una red de redes de partes interesadas. Esta red quiere impulsar la estandarización metodológica en la contabilidad del carbono del suelo, a la vez que catalizar la formulación de políticas y la innovación empresarial en la agricultura del carbono. En concreto, se espera: crear y difundir herramientas prácticas para promover este tipo de agricultura; identificar normas, sistemas de evaluación y certificación; mejorar la medición y el seguimiento de las dinámicas del carbono y ampliar dicho tipo de prácticas agrícolas más sostenibles. La ambición de CREDIBLE es apoyar a la Comisión Europea y al Grupo de Expertos en Fijación de Carbono en la identificación y ampliación de soluciones para la agricultura del carbono en el suelo.
A continuación, el proyecto SOILGUARD mostró sus primeros resultados. Santiago Soliveres explicó cómo afectan distintos manejos de suelo a la multifuncionalidad y la biodiversidad, en función también de la zona geográfica, clima, tipo de suelo. Para ello han realizado seguimiento de 170 cultivos en 234 parcelas y 8 paises. Los datos señalan una relación virtuosa, cuanta más diversidad más rendimiento, tanto en manejo ecológico como convencional, aunque entre los dos manejos el segundo sigue garantizando un mayor rendimiento a corto y medio plazo. El proyecto ha forzado también las condiciones futuras de cambio climático como la sequia y de nuevo la biodiversidad ayuda, pero son altos contenidos de materia orgánica los que de verdad ayudan a aumentar la resiliencia del sistema ante estas condiciones adversas. Los suelos que demostraron mejor diversidad y funcionalidad del suelo son aquellos que se encontraban en agricultura ecológica, o bien gestionaban sus suelos mediante márgenes y rotaciones y fertilizantes orgánicos, evitaban la desnudez de los suelos y araban de forma poco profunda y frecuente.
En el futuro, según su coordinadora Cristina Yacoub, el proyecto SOILGUARD seguirá ahondando en el concepto de Soluciones Basadas en la Naturaleza, determinando relaciones causa efecto entre practicas y salud del suelo y poniéndolas a disposición de agricultores y agentes a través de una app específica, en el marco de una estrategia de colaboración con otros agentes a través de redes de conocimiento.
La empresa Koppert, a través de Francisco Marín defendió el uso de los microorganismos beneficiosos que aplicados con conocimiento de las características del suelo pueden mejorar la calidad de sus raíces, también el control biológico a través de trychoderma, T.Harzianum o rizobacterias, que puede ayudar a la planta a defenderse de nemátodos u otras plagas del suelos. Sergio Atarés de Fertinagro defendió la utilización conjunta de fertilizantes minerales, orgánicos, tecnologías de liberación lenta y estabilización junto con bioestimulantes para ofrecer una mayor rentabilidad económica al mismo tiempo que se evita la contaminación y la degradación ambiental.
Proteger el suelo y su estructura, mediante cubiertas y otras estrategias como laboreo reducido, y alimentarlo manteniendo raíces vivas en el suelo que favorezcan una rica biota que ayude en las estrategias de fertilización, son las principales conclusiones de la profesora de edafología Kira Hontoria que se encargó de recopilar en la clausura de la jornada. De esta manera mantendremos todas las funciones del suelo, es decir, las correctas condiciones, físicas, biológicas y químicas que permitan proveer los servicios ecosistémicos. A saber, la produccion de alimentos, fibras y energía en la agricultura, pero también proteger la calidad del agua y la biota del suelo que permita aprovechar la circularidad de los residuos biológicos y finalmente la lucha contra el cambio climático por su papel diferencial como sumidero de carbono.
No hay recetas universales y los beneficios solo se disfrutarán a medio y largo plazo, pero el conocimiento y consenso científico apuntan todos en la misma dirección como se ha podido descubrir en estas jornadas, destacó finalmente el coordinador de las jornadas Juan Sagarna de Cooperativas Agro-alimentarias de España.